Valores que nos Unen: La Primera Comunidad Cristiana, la Familia y la Escuela
- Christine Taunton Engel
- hace 7 días
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Por María Teresa Gutiérrez, Docente de Educación Religiosa
En primer grado, los estudiantes vivieron una experiencia muy significativa en la clase de Religión al reflexionar sobre las características de la primera comunidad cristiana y su relación con la comunidad escolar y familiar.
A través de un organizador gráfico en forma de lluvia de ideas, los niños identificaron cómo vivían los primeros cristianos: compartían lo que tenían, oraban juntos, se ayudaban unos a otros y aprendían con alegría. Al comparar esta comunidad con la familia y la escuela, descubrieron que también allí encontramos valores similares: el amor, la solidaridad, el respeto, la unión y la responsabilidad.
Este ejercicio permitió a los estudiantes reconocer que en cada comunidad donde participan —la familiar, la escolar y la cristiana— es posible vivir mejor si rescatamos valores como la cooperación, la amabilidad, el servicio y el respeto mutuo. En su vida diaria, estos valores se convierten en la base de una sana convivencia, fortaleciendo la amistad y el sentido de pertenencia.
Al cerrar la actividad, comprendieron que la primera comunidad cristiana es un ejemplo vivo de fraternidad y unidad en torno a un mismo amor: Jesús. Siguiendo su ejemplo, los estudiantes aprendieron que cuando vivimos en comunidad con respeto, solidaridad y fe, fortalecemos no solo nuestros lazos familiares y escolares, sino también nuestra amistad con Él.
Values That Unite Us: The First Christian Community, the Family, and the School
By María Teresa Gutiérrez, Religion Teacher
In second grade, students had a meaningful experience in Religion class by reflecting on the characteristics of the first Christian community and their connection to the school and family community.
Through a brainstorming graphic organizer, the children identified how the first Christians lived: they shared what they had, prayed together, helped one another, and learned with joy. When comparing this community with the family and the school, they discovered that similar values can be found there as well—love, solidarity, respect, unity, and responsibility.
This activity helped students recognize that in every community where they belong—the family, the school, and the Christian community—it is possible to live better when we practice values such as cooperation, kindness, service, and mutual respect. In their daily lives, these values become the foundation for healthy coexistence, strengthening friendship and the sense of belonging.
At the end of the activity, they understood that the first Christian community is a living example of fraternity and unity centered on one same love: Jesus. Following their example, students learned that when we live in community with respect, solidarity, and faith, we strengthen not only our family and school bonds but also our friendship with Him.
